sábado, 23 de diciembre de 2017

A la escucha del corazón

Ninguna idea es verdadera
                              Nisargadatta



Ayer un amigo me contaba que había tenido una bronca monumental con su pareja,  porque esta había actuado de una determinada manera,  y según una psicóloga muy reputada  que había escrito un libro,  ese tipo de conductas no son adecuadas ni sanas e indican que esa persona tiene un problema que viene de su infancia y de la relación con sus padres.   Así que ahora mi amigo se planteaba dejar a su pareja porque su novia no quería ir a una terapia psicológica y el ya se había creído que su novia tenía un problema que debía de resolver.   Y la verdad, yo no lo veía para tanto.   Este suceso me hizo reflexionar sobre la necesidad que tenemos constantemente de interpretar el mundo en base a una serie de creencias e ideas y cómo nuestras Vidas están completamente programadas y dirigidas en base a las mismas.   Y normalmente esas creencias, en la sociedad que vivimos, tienen más valor, si vienen avaladas por supuestas teorías avaladas científicamente o por ciertos personaje públicos que hayan ganado un cierto reconocimiento público.   Nos encanta saber qué tenemos que comer,  pensar,  qué hacer, etc.  También en la espiritualidad,  queremos encontrar maestros, técnicas , que nos guíen y nos den pautas a seguir,   porque sino nos sentimos perdidos y  eso nos produce un terror espantoso.


El origen del problema viene de no estar en contacto con nuestra sabiduría interna,  no saber escuchar nuestro corazón,  e intentar orientarnos en la Vida en base a creencias y normas que provienen de fuera.  Al estar ciegos necesitamos de señales constantes que nos guíen nuestro camino porque sino nos perdemos.  Pero perdemos la capacidad de responder a cada circunstancia que nos presenta la Vida escuchando nuestra intuición,  que está más allá de la zona pensante.  Y justamente es en esa escucha donde no existen las acciones equivocadas y donde dejamos espacio para que la Vida no se convierta en algo aburrido y controlado.  Porque la Vida, vivida desde el Ser y no desde la mente,  se convierte en una aventura maravillosa.

 La verdadera libertad, no está en hacer lo que queremos,  sino precisamente,   en que se de la posibilidad de abrirnos a esa escucha nueva,  y renovada a cada momento,  libre de condicionamientos, libre de ideas viejas y usadas,  libre de creencias de otros.  Investiguemos entonces todas esas ideas de la mente... ¿ no vemos ya que todas son falsas?  TODAS.   Como dice Nisargadatta, no hay ninguna verdadera.    Por eso para ser libres,  hemos de ver esto  con mucha claridad... No vale cambiar una idea por otra supuesta mejor,  sino que veamos con claridad que lo que la mente produce nos aleja de nuestra verdadera naturaleza.