sábado, 25 de octubre de 2014

Atención al presente que acontece


Ya hemos hablado en otras ocasiones que la atención es el denominador común de todas las escuelas y tradiciones espirituales y de sabiduría.  No hay otro camino que nos lleve a encontrar esa paz y plenitud que anhelamos.  Y ya estamos viendo como al principio esa atención nos lleva a ser más conscientes de nuestra inquietud interior,  pero con  confianza y determinación poco a poco iremos silenciando nuestra mente y podremos ir  percibiendo el aroma de la verdadera paz y libertad interiores.




PRÁCTICA EXTERNA

Es aquella en la que interviene cualquiera de los cincos sentidos. La atención se sitúa sobre los objetos externos.   Se basa en reaccionar continuamente al presente, permitiendo que los sentidos intervengan en dicho proceso. Sería aquella práctica que nos permite en la vida cotidiana acoger la vida, los acontecimientos, desde la percepción de la experiencia,  pero sin interpretaciones ni juicios.
Esto que parece tan sencillo, es justo lo contrario de lo que hacemos.  Desde que comienza el día no paramos de pensar y de realizar juicios e interpretaciones de lo que ocurre.

Ejemplos:

Me levanto por la mañana.  Me doy una ducha.  ¿ Qué hacemos?  Pensar en otras cosas.  Probablemente recuerdos de algo que ha pasado,  o pensamientos sobre todo lo que tenemos que hacer.  No somos capaces de percibir con los sentidos esa experiencia que está ocurriendo en el aquí y ahora.  Sentir con el tacto,  la temperatura del agua, y como esta corre por nuestro cuerpo.  Oír como cae el agua ….
Desayuno.  No soy capaz de mirar lo que tengo delante.  Observar los colores de los alimentos, sus formas,.. Cuando me meto el alimento en la boca, no suelo prestar atención a su gusto, saborearlo, masticar con consciencia, 
Cojo el tren.  Miro por la ventanilla,  escucho los sonidos, observo a la gente, etc.  Seguramente si observo al que tengo delante,  comenzaré a interpretar o a imaginar algo sobre esa persona, a realizar algún juicio.

Pero  la atención sobre cualquiera de los acontecimientos del presente debería ser continua.  En este sentido los niños son increíbles.  Todo lo acogen con una mirada nueva, de asombro, de curiosidad… Los adultos,  en cambio, enseguida nos cansamos y nuestra consciencia se pierde en divagaciones , fantasías, pensamientos. Pero esta atención se debe realizar con amabilidad, sin esfuerzo.  Cada vez que notemos que nos hemos distraído, traer la atención amorosamente al momento presente.

La vida cotidiana nos presenta infinidad de oportunidades para practicar esta atención.  Descubriremos cuanta energía desperdiciamos innecesariamente en pensar cosas que nos nos llevan a ningún sitio.  Reconoce cuando estás pensando en este tipo de cosas.  A veces es difícil, cansado,  pero sigue adelante porque es el único camino hacia la paz que anhelas.

PRACTICA INTERNA

La pausa entre dos notas,
  el espacio en blanco entre dos palabras,
     la  página virgen entre dos capítulos,
                la noche tras la actividad del día,
                 los árboles despojados en invierno,
                      tras la lluvia de flores en primavera,
                         la abundancia de frutos en verano
                              y la caída de la hojas en otoño
                                    que dejan en el suelo una alfombra
                                         de colores calmos….
Todo ello habla del silencio  necesario,
De la quietud indispensable inscrita en el ritmo de las cosas.
                                Xavier Melloni ( Sed de Ser)

La práctica interna sería una práctica de quietud y recogimiento interior donde observamos nuestros pensamientos.  Ya hemos hablado en muchas ocasiones de que intentar parar la mente es tarea imposible.  Sería como intentar parar el funcionamiento del corazón o la respiración.  Tiene una inercia muy potente y se ha ido alimentando de hábitos mentales adquiridos a lo largo de nuestra vida. Pero cuando meditamos podemos observar algo interesante  y es que cuando estamos atentos y viene un pensamiento, este se diluye.  Yongey Mingur Rimpoché dice que observar los pensamientos es un poco como correr para coger el autobús.  En el momento que llegas a la parada, el bus se está yendo, y tienes que esperar que venga el próximo .  De la misma manera, muchas veces hay un pequeño intervalo entre los pensamientos,  puede ser una fracción de segundo pero está allí.  Este intervalo es la experiencia de la apertura completa de la mente natural. 

La práctica de la meditación interna trata de observar este discurrir de los pensamientos y de los intervalos entre pensamientos.  Al comienzo estos intervalos son muy cortos, apenas imperceptibles,  pero con el tiempo estos se van haciendo más largos,  y cómo dice Sesha:  El  espacio entre pensamientos es un pasadizo hacia el infinito.

Durante esta práctica pueden suceder muchas cosas.  Que te sientas abrumado por la cantidad de pensamientos que aparecen en tu mente.  Si esto ocurre no agobiarse,  y no dramatizar la situación puede llevar a que poco a poco se vaya pudiendo encontrar un espacio de mayor apertura.  También puede ser que uno no consiga observar ningún pensamiento, es como si la mente se quedase en blanco.  No pasa nada tampoco. Sea cual sea la experiencia que se está teniendo está bien, eso sí siempre que se mantenga la atención  o presencia consciente de lo que está aconteciendo en el momento presente.