martes, 13 de septiembre de 2022


 Aquellos que invocan el nombre de Dios, aquellos que no se dejan confundir por las ilusiones y saben con certeza quienes son,  viven en perpetua dicha y felicidad.  Al no identificarse con esas chirriantes voces del ego, permiten que su mente ilumine el universo entero.  Saben estar en el mundo sin ser del mundo, porque saben estar en él de una manera desapegada, observando y sin juicio. Ya no serán las víctimas de un mundo que antaño parecía cruel. Por el contrario, lo que verán reflejado será todo el esplendor de su Ser,  y el cosmos entero entonará con ellos una bella melodía de Amor.