Ya hemos hablado en otras
ocasiones que la atención es el denominador común de todas las escuelas y
tradiciones espirituales y de sabiduría.
No hay otro camino que nos lleve a encontrar esa paz y plenitud que
anhelamos. Y ya estamos viendo como al
principio esa atención nos lleva a ser más conscientes de nuestra inquietud
interior, pero con confianza y determinación poco a poco iremos
silenciando nuestra mente y podremos ir
percibiendo el aroma de la verdadera paz y libertad interiores.
PRÁCTICA EXTERNA
Es aquella en la que interviene
cualquiera de los cincos sentidos. La atención se sitúa sobre los objetos
externos. Se basa en reaccionar continuamente al
presente, permitiendo que los sentidos intervengan en dicho proceso. Sería aquella práctica que nos
permite en la vida cotidiana acoger la vida, los acontecimientos, desde la
percepción de la experiencia, pero sin
interpretaciones ni juicios.
Esto que parece tan sencillo, es
justo lo contrario de lo que hacemos.
Desde que comienza el día no paramos de pensar y de realizar juicios e
interpretaciones de lo que ocurre.
Ejemplos:
Me levanto por la mañana. Me doy una ducha. ¿ Qué hacemos? Pensar en otras cosas. Probablemente recuerdos de algo que ha
pasado, o pensamientos sobre todo lo que
tenemos que hacer. No somos capaces de
percibir con los sentidos esa experiencia que está ocurriendo en el aquí y
ahora. Sentir con el tacto, la temperatura del agua, y como esta corre
por nuestro cuerpo. Oír como cae el agua
….
Desayuno. No soy capaz de mirar lo que tengo
delante. Observar los colores de los
alimentos, sus formas,.. Cuando me meto el alimento en la boca, no suelo
prestar atención a su gusto, saborearlo, masticar con consciencia,
Cojo el tren. Miro por la ventanilla, escucho los sonidos, observo a la gente,
etc. Seguramente si observo al que tengo
delante, comenzaré a interpretar o a
imaginar algo sobre esa persona, a realizar algún juicio.
Pero la atención sobre cualquiera de los
acontecimientos del presente debería ser continua. En este sentido los niños son increíbles. Todo lo acogen con una mirada nueva, de
asombro, de curiosidad… Los adultos, en cambio, enseguida nos cansamos y
nuestra consciencia se pierde en divagaciones , fantasías, pensamientos. Pero esta atención se debe
realizar con amabilidad, sin esfuerzo.
Cada vez que notemos que nos hemos distraído, traer la atención
amorosamente al momento presente.
La vida cotidiana nos presenta
infinidad de oportunidades para practicar esta atención. Descubriremos cuanta energía desperdiciamos
innecesariamente en pensar cosas que nos nos llevan a ningún sitio. Reconoce cuando estás pensando en este tipo
de cosas. A veces es difícil,
cansado, pero sigue adelante porque es
el único camino hacia la paz que anhelas.
PRACTICA INTERNA
La pausa entre dos notas,
el espacio en blanco entre dos
palabras,
la página virgen entre dos capítulos,
la noche tras la
actividad del día,
los árboles
despojados en invierno,
tras la
lluvia de flores en primavera,
la
abundancia de frutos en verano
y
la caída de la hojas en otoño
que dejan en el suelo una
alfombra
de colores calmos….
Todo ello habla del silencio
necesario,
De la quietud indispensable inscrita en el ritmo de las cosas.
Xavier Melloni ( Sed de
Ser)
La práctica interna sería una
práctica de quietud y recogimiento interior donde observamos nuestros pensamientos. Ya hemos hablado en muchas
ocasiones de que intentar parar la mente es tarea imposible. Sería como intentar parar el funcionamiento
del corazón o la respiración. Tiene una
inercia muy potente y se ha ido alimentando de hábitos mentales adquiridos a lo
largo de nuestra vida. Pero cuando meditamos podemos
observar algo interesante y es que
cuando estamos atentos y viene un pensamiento, este se diluye. Yongey Mingur Rimpoché dice que observar los
pensamientos es un poco como correr para coger el autobús. En el momento que llegas a la parada, el bus
se está yendo, y tienes que esperar que venga el próximo . De la misma manera, muchas veces hay un
pequeño intervalo entre los pensamientos,
puede ser una fracción de segundo pero está allí. Este intervalo es la experiencia de la
apertura completa de la mente natural.
La práctica de la meditación
interna trata de observar este discurrir de los pensamientos y de los intervalos
entre pensamientos. Al comienzo estos
intervalos son muy cortos, apenas imperceptibles, pero con el tiempo estos se van haciendo más
largos, y cómo dice Sesha: El espacio entre pensamientos es un pasadizo
hacia el infinito.
Durante esta práctica pueden
suceder muchas cosas. Que te sientas
abrumado por la cantidad de pensamientos que aparecen en tu mente. Si esto ocurre no agobiarse, y no dramatizar la situación puede llevar a
que poco a poco se vaya pudiendo encontrar un espacio de mayor apertura. También puede ser que uno no consiga observar
ningún pensamiento, es como si la mente se quedase en blanco. No pasa nada tampoco. Sea cual sea la experiencia que
se está teniendo está bien, eso sí siempre que se mantenga la atención o presencia consciente de lo que está
aconteciendo en el momento presente.