En estos instantes de silencio, como dice Jesús, permitimos al recuerdo de Dios que nos ofrezca todos sus tesoros. Estas miniaturas de la eternidad nos ofrecen ese atisbo del cielo donde todo temor, duda y conflicto desaparecen y donde nos abrimos a esa Paz que no es de este mundo, la cual nos ofrece el verdadero sustento que nutre nuestro Corazón.