T.31.I.12
Pareciera haber muchas voces en nuestra mente que nos impiden abrirnos a esa Paz que late en nuestro Ser profundo. Y aparecen miles de excusas aparentemente muy justificadas para que eso no ocurra. Quizá hoy no es un buen día para aquietarme porque tengo unos asuntos que están demandando mi energía. O puede ser que sienta que hay todavía hay algunas memorias o traumas que se han de sanar para poder permanecer en quietud. Todo eso que ocurre fuera o dentro, los compromisos, ocupaciones, conflictos, emociones, pensamientos, etc, son esos testigos que nos invitan a tomar consciencia de la apertura de nuestra mente a la verdadera Quietud, más allá de imágenes y palabras.
Pero quizá, simplemente podemos permanecer un momento observando, disponibles y receptivos, para que un rayo de Luz ilumine nuestra mente y disipe en ese instante Sagrado todas nuestras dudas, problemas y conflictos.