lunes, 9 de abril de 2018

El sentido de la vida


     Tenemos muy arraigada la idea de que nuestra vida ha de tener algún sentido.  Vivir  con objetivos, metas,  planes,  sueños que alcanzar,  se considera condición sine qua non para vivir una vida plena y realizada.  Hay un psiquiatra alemán llamado Viktor Frankl que vivió en un campo de concentración y escribió un libro muy popular , "El hombre en busca de sentido".  Su experiencia le hizo llegar a la conclusión de  que incluso en las situaciones más extremas y adversas una persona puede superarlas si tiene una razón para vivir, si encuentra un significado a su existencia.  Actualmente se han puesto muy de moda los coachings que son profesionales que te ayudan a cumplir tus metas desarrollando ciertas habilidades  o que encontrando aquellas actividades en las que puedas desarrollar tu supuesto "potencial personal" para sentirse más realizado.


    Da la sensación de que vivimos constantemente inmersos en actividades que nos conduzcan a alcanzar un hipotético futuro que nos hará sentir mejor que el momento actual que vivimos.  Así que la mayor parte del tiempo la empleamos en realizar actividades y esfuerzos para conseguir aquellas cosas que supuestamente nos harán felices.  Trabajamos mucho  para ganar más dinero para luego poder comprar más cosas,  nos machacamos en el gimnasio para estar más atractivos y ganar una supuesta autoestima que nos hará sentirnos mejor,  estudiamos masters o más carreras universitarias para saber más o para encontrar un trabajo que creemos nos hará sentirnos más realizados,  buscar un novio para sentirnos amados y cuidados, leemos libros para llenarnos de conocimiento y luego demostrar a los demás que somos muy cultos,  hacemos cursos de crecimiento personal para ganar confianza en nosotros mismos y querernos más, creyendo que de esta manera nuestra vida será mejor,  etc, etc, etc.   Y así, como decía John Lennon, " la vida pasa , mientras yo hago otros planes".   En definitiva, casi nunca hacemos nada que sea un fin en sí mismo,  sino que todo se lleva a cabo es un medio para conseguir algo que en nuestra fantasía , nos hará más felices,  no en ese momento, sino en otro venidero.

    Pero , ¿qué pasaría si en vez de buscar un objetivo fuera,  un sentido en algo que nos ofrece el mundo,  la vida tuviera sentido por sí misma?  Si como los niños,  pudiéramos hacer las cosas, no para conseguir algo,  sino por el mero hecho de hacerlas, de disfrutarlas.   Estamos tan acostumbrados a   funcionar de esta manera,  anticipando el futuro constantemente,  que cuando comienzas a ser consciente de esto y te planteas la posibilidad de vivir más centrado,  en este momento,  que es lo único que es real,  sentimos una especie de ansiedad,  y esa sensación de vacío existencial.  Y entonces nos preguntamos:  Ahhh y ¿ y eso es todo?.  Ese malestar , ese sin sentido, esa sensación de carencia es de la que vamos huyendo como de la peste,  y la que nos hace involucrarnos en cualquier cosa, relación o actividad que la mitigue.  Aunque nos hagan sufrir,  lo preferimos, antes que sentir ese vació tan terrorífico.

    Vivir disfrutando de las pequeñas cosas,  de un sencillo paseo,  de mirar la lluvia por la ventana,  de escuchar una canción,  de sentir las sensaciones en tu cuerpo,  una mano que te roza,  o incluso de no hacer nada...  de vivirlo todo sin expectativas,  sin esperar nada,  sin querer conseguir nada más de esa situación que no sea la de abrirte a esa experiencia,  y dejar que la intensidad de la Vida se mueva por cada célula de tu cuerpo.

   Los taoistas lo llaman Wu Wei,  es una preciosa palabra para describir lo que es ese vivir sin esfuerzo, no actuar,  que no significa no hacer nada...Se trata de una forma natural de hacer las cosas,  de una manera armónica,  fluyendo con lo que la Vida trae en cada momento,...  Porque aunque la mente no pueda creerlo,  es posible vivir sin planificaciones, sin esfuerzo,  sólo dejándose llevar por el río de la Vida,  porque esta siempre sabe mejor que uno mismo que es lo adecuado en cada momento.  Pero nos han adiestrado desde tan pequeños a que en la vida todo se gana con esfuerzo y tesón que,  ¿a ver quien es el guapo que ahora se cree lo que estoy diciendo?.  Porque la mente cae en su propia trampa y esto no puede concebirlo.   Pero aunque el Wu Wei,  este fluir con la Vida, es algo que no puede ser explicado con palabras ni la mente lo puede entender,  es la única forma en que la vida merece la pena ser vivida.  Así que este escrito solamente es una exhortación a danzar con la vida,  al ritmo que ella nos marque,  al baile que ella nos sugiere,  y no al que nuestra mente fabrica con sus ideas viejas y obsoletas.   Y sólo decir una frase más y es :  aunque no lo creas,


esto es posible, así que aventúrate a  averiguarlo por tu cuenta porque merece la pena.